miércoles, 18 de marzo de 2009

Cambio en El Salvador.

EDITORIAL
Desde Nación.com
Martes 17 de Marzo del 2009
Cambio en El Salvador
Funes y el FMLN han recibido un mandato de cambio dentro de la democracia
Gobierno, oposición y otros sectores deben apostar al respeto y la sensatez

De forma clara, y mediante un proceso fluido y transparente, los salvadoreños apostaron por el cambio al elegir, este domingo, a Mauricio Funes, candidato del izquierdista Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), como Presidente de su país por un período de cinco años.
Se ha roto así la continuidad que, durante cuatro períodos consecutivos y 20 años, caracterizó a los gobiernos de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), de derecha.
Se ha abierto, además, un ámbito de incertidumbre en torno a una interrogante esencial: ¿se enrumbará El Salvador por algún “sabor” de populismo arbitrario, al estilo de Venezuela, Nicaragua, Bolivia y (en menor medida) Ecuador y Honduras, o adoptará una modalidad de izquierda realmente democrática y responsable, de la cual Brasil es el ejemplo emblemático?
La respuesta solo podrán darla los hechos; es decir,
1. el equipo con el que Funes y el FMLN constituyan su Gobierno;
2. las iniciativas políticas, económicas y sociales que impulsen;
3. la orientación y las alianzas de sus relaciones exteriores, y su conducta frente al marco institucional salvadoreño.
Sobre esto nada está aún plenamente definido, y la principal inquietud surge del pasado marxista y guerrillero del FMLN, y de la presencia en su seno, como conspicuos dirigentes, de excomandantes que no han realizado un exorcismo explícito de sus anteriores alineamientos totalitarios. Entre ellos está el vicepresidente electo, Salvador Sánchez Cerén.
Sin embargo, existen indicios y realidades que abren fundadas esperanzas de que Funes y su Gobierno caminarán dentro del respeto a la democracia y las instituciones, y que esto implicará una legítima transformación de prioridades y políticas públicas, pero no una alteración del sistema.
1. Funes no es un marxista de antecedentes militares, sino un periodista de izquierda moderada,
2. con un historial de independencia y apertura a distintos sectores.
3. No ha sido militante del FMLN, al que se incorporó después de ser candidato.
4. Su discurso, tanto durante la campaña como tras el triunfo, ha sido de unidad, apego a la Constitución, respeto a la democracia, la propiedad privada y las libertades públicas,
algo que, esperamos, se refleje en la escogencia de sus ministros y otros colaboradores de alto rango.
El Salvador, además, a pesar de sus problemas, ha logrado decantar una estructura institucional relativamente sólida, difícil de manipular al estilo de, por ejemplo, Hugo Chávez en Venezuela o Daniel Ortega en Nicaragua. ¿Qué mejor ejemplo que el desempeño de su Tribunal Electoral en estos comicios?
El sistema de partidos ha demostrado, hasta ahora, gran solidez. En las elecciones legislativas de enero, el FMLN, al elegir 35 diputados, se convirtió en la primera fuerza en el Congreso. Sin embargo, está muy lejos de la mayoría: Arena tiene 32 escaños, el PCN 11, la Democracia Cristiana (PDC) 5, y Cambio Democrático (CD) 1. Todas estas son agrupaciones de derecha o moderadas; es decir, claros atemperadores –u opositores— de cualquier iniciativa irresponsable del Frente.
También en enero, el FMLN aumentó su presencia en las municipalidades. Ahora controla 93, un crecimiento de 35. Arena obtuvo 27 menos, pero aún domina 122 municipios, y ganó el de mayor importancia, San Salvador, un triunfo de clara trascendencia política y simbólica.
A lo anterior debe añadirse que
1. el sector empresarial salvadoreño es fuerte, dinámico y bien organizado.
2. El país está dolarizado y depende abrumadoramente del mercado de los Estados Unidos y de las remesas que envían los dos millones de salvadoreños residentes.
Es decir, más allá de las intenciones de Funes (hasta ahora manifiestamente buenas), las realidades estructurales e institucionales son una sólida barrera a los deslices de populismo o izquierdismo irresponsables. A la vez, sin embargo, El Salvador quiere y necesita cambiar para
1. ser un país más incluyente y justo,
2. lograr mayor diversificación y dinamismo económico,
3. mejorar sus índices de salud y educación, y
4. aplicar nuevas estrategias para frenar la orgía de violencia que ha secuestrado a la sociedad.

Por algo, los electores han puesto fin a un desgastante continuismo político, han elegido a Funes y han dado mayor respaldo al FMLN.
Lo anterior deben entenderlo especialmente Arena y los empresarios: el país ha entrado en una etapa de cambio. Lo crucial es que sea sensato y democrático. Por esto, de su actitud constructiva y respetuosa de la voluntad popular dependerá también, y en muy buena medida, la suerte de El Salvador.

1 comentario:

  1. De cada 10 electores salvadoreños 3.2 votaron por el Presidente Electo; 6.8 no lo hicieron o votaron por los CandidatoS Rodrigo Avila y Arturo Zablah, pero en nuestra democracia, se declara Presidente Electo al Señor Mauricio Funes Cartagena, quien ha declarado insistentemente, defendera y fortalecera nuestro sistema económico y el rol de El Salvador en Centroamérica. Igualmente que respetará nuestra Constitución. Hay que tomarle la palabra y todos los ciudadanos convertirnos en apoyadores de lo que de sus propuestas consideremos positivas para el país y opositores/negociadores críticos de todo aquello que consideremos no viable, como con cualquier gobierno. Es innegable que TODOS DEBEREMOS ESTAR UNIDOS, para evitar la intromisión de las extremas peligrosas que vemos en Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Bolivia.
    El Salvador, como recientemente ha dicho el Presidente electo ES DE TODOS.

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